Un retorno al pasado con la comodidad de hoy. Un paraíso para desentrañar!
A pesar de que pasamos poco tiempo en la Quinta de Santa Bárbara, la experiencia fue fantástica. Debe repetirse. Fue la sensación de vivir en otra época, pero con la comodidad de hoy. Nos recibieron como parte de la familia. Este es un lujo que el dinero no puede comprar y sólo uno vive cuando uno tiene el privilegio de conocer a personas especiales.
Felicitaciones!
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